Las vacunas son muy seguras. Las vacunas son productos que se colocan durante toda la vida contra distintas enfermedades, pero especialmente durante la infancia y adolescencia para proteger a esta población contra enfermedades. Tu hijo o hija tiene muchas más probabilidades de padecer daños a raíz de una enfermedad que podría prevenirse con vacunas que a causa de la propia vacuna. Todas las vacunas se someten a estrictas pruebas de seguridad, como ensayos clínicos, antes de su aprobación para el uso público. Los países sólo registran y distribuyen vacunas que cumplan con rigurosos requisitos de seguridad y calidad6. Una vez que se aprueba la vacuna, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), el Centro de Control de Enfermedades (CDC), los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)32 y otras agencias federales (dependiendo donde hayan sido registradas) monitorean con regularidad su uso e investigan cualquier preocupación potencial relacionada con la seguridad20.